En el cielo veo mi alma. El mar universal celeste refleje la luz divina. Cristalina como el agua del manante. Escondida dentro las montañas sagradas, alimentando las quebradas del pueblo.
El viento caricia mi cara suavemente, trayendo perfume de los flores primaveras. Mi corazón late tranquilamente haciéndome sentir la vida en el momento. La belleza de los andes en su esplendor magnífica.
Pájaros cantando de alegría tejiendo sus nidos con los hilos del sol. Renaciendo cada día con el suspiro del amor.
Ningún tormenta tiene el poder de interferir con la armonía de la vida. Nos dejamos llevar con el viento y el flujo del agua que alimentan nuestro ser. En el juego del ser humano aprendemos de ellos, como la madre tierra nos transmite su sabiduría en cada instante.
Venimos de lejos para vivir la experiencia de este momento divino, sagrado. Aprendemos abrazar todo con que nos encontramos en nuestro camino, recordando y recobrando. Retornando a la escénica en carne propio, haciendo los mitos y leyendas realidad. Que confiamos en lo que sentimos, aprendemos a escuchar estos mensajes interior, aprendemos expresar nuestro amor.
Aceptación, allí nos encontramos con el amor universal, incondicional. No se nada aun me recuerdo, no se nada aun me siento, no se nada aun me amo, no se nada aun te amo. Seguimos dando pasos sagrados en un camino invisible, no sabemos a donde vamos, aprendemos a vivir y disfrutar cada paso de la vida, que aprendemos tomar estos pasos conscientemente. Confiamos que el gran espíritu nos proviene con todo lo que merecemos con el propósito de ver, sentir y amar la vida que somos. Soy, y amo.
Soy autentico, soy real, soy corazón. Sin temor en el interior, libremente dejando me llevar con el soplo de la vida, a donde sea me dejo guiar por El amor.
Si nos encontramos en el camino sabe que lo hago con amor, si nos hemos encontrado en el camino sabrás que el propósito fue el amor.
Que cada encuentro sea un baile de corazones, danzando en el ritmo de la vida, cantando el canción del amor. Que siempre bailamos juntos, aunque sea un paso, pero si bailamos juntos.
Les suplicó que por favor amén se, bailen, danzan, canten hasta que dejamos el ultimo suspiro alimentando a los árboles. Hasta que nuestro corazón por último vez late su amor. Brilla, Ilumina, Ama, Vive.
Con amor, paz y luz, bendiciones para todos los corazones.
Escrito 16-9-2019
Urpillay Sunqullay, Willka Sunquqñan Tom Schoenmaker
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